Hackean cuenta de X de Elmo, de ‘Plaza Sésamo’ y publican mensajes racistas y antisemitas

NEW YORK - OCTOBER 10: Sesame Street's Elmo attends a press conference to announce a new worldwide initiative, Panwapa, from Sesame Workshop, at the United Nations International School on October 10, 2007 in New York City. (Photo by Amy Sussman/Getty Images)
NEW YORK – OCTOBER 10: Sesame Street’s Elmo attends a press conference to announce a new worldwide initiative, Panwapa, from Sesame Workshop, at the United Nations International School on October 10, 2007 in New York City. (Photo by Amy Sussman/Getty Images)

OAN Staff Blake Wolf

Lunes, 14 de julio de 2025

La cuenta oficial en la red social X de Elmo, el querido personaje del programa infantil “Plaza Sésamo”, fue comprometida el domingo después de que un hacker iniciara sesión con éxito y comenzara a publicar contenido antisemita, según Sesame Workshop, la organización sin fines de lucro responsable del programa.

La cuenta X del popular personaje de los Muppets, que cuenta con más de 650,000 seguidores, “fue comprometida por un hacker desconocido que publicó mensajes repugnantes, incluyendo publicaciones antisemitas y racistas”, anunció un portavoz de Sesame Workshop.

Tres publicaciones, eliminadas desde entonces, mostraban a la cuenta X de Elmo instando a todos los usuarios de redes sociales a “matar a todos los judíos”.

Otra publicación también acusó al presidente Donald Trump de ser pedófilo, al tiempo que exigía la publicación de los archivos de Jeffrey Epstein.

“PUBLICEN LOS ARCHIVOS @realDonaldTrump, ¡CACHORRO DE NIÑOS!”, decía la segunda publicación.

“Elmo dice que TODOS LOS JUDÍOS DEBERÍAN MORIR. QUE SE JODAN LOS JUDÍOS. DONALD TRUMP ES UNA MARIONETA DE NETANYAHU PORQUE ESTÁ EN LOS ARCHIVOS EPSTEIN. LOS JUDÍOS CONTROLAN EL MUNDO Y DEBEN SER EXTERMINADOS”, escupía la cuenta de Elmo.

El tema de Epstein ha vuelto a circular tras el regreso del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, ya que el Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) de Trump, dirigido por la fiscal general Pam Bondi, afirma que las agencias de inteligencia estadounidenses han revisado a fondo todas las pruebas del caso.

Epstein, un pedófilo “financiero”, había sido acusado durante mucho tiempo de dirigir una operación de chantaje con fines de seducción, en gran parte debido al acuerdo de culpabilidad sin precedentes que recibió de un exabogado de Miami.

El acuerdo le permitió cumplir solo 13 meses de cárcel, durante los cuales se le concedió una libertad condicional —permitiéndole salir de la cárcel hasta 12 horas al día, seis días a la semana, para trabajar en su oficina de West Palm Beach— a pesar de haberse declarado culpable de los cargos estatales de solicitar y conseguir la prostitución de una menor.

Alex Acosta, fiscal estatal del caso, que se remonta a 2007, también le otorgó a Epstein el acuerdo de culpabilidad sin notificar a las víctimas, violando así la Ley de Derechos de las Víctimas de Delitos (CVRA, por sus siglas en inglés) de 2004. El fallo provocó que un juez federal dictaminara que Acosta infringió la ley al no notificar a las supuestas víctimas de Epstein antes de firmar el acuerdo de no procesamiento.

Además, un artículo de 2019 de la periodista Vicky Ward, que citaba a un exalto funcionario de la Casa Blanca, afirmaba que, mientras Acosta era considerado para el cargo de Secretario de Trabajo en la primera administración de Trump, se le preguntó sobre el razonamiento detrás del acuerdo de culpabilidad de Epstein. Supuestamente respondió diciendo que sus superiores le habían dicho que Epstein “pertenecía a la inteligencia” y que le habían “ordenado que no se metiera con el asunto”.

Los informes de Ward sobre los supuestos vínculos de Epstein con la inteligencia han sido objeto de escrutinio por basarse en fuentes de segunda mano, así como en un informe contradictorio del Departamento de Justicia de 2020 que “no encontró pruebas” de que el acuerdo de culpabilidad de Acosta estuviera influenciado por factores externos, como conexiones con la inteligencia.

Esta nota fue traducida al español por Eduardo Flores de una versión en inglés.

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